EJERCICIO N° 2
1) Lea atentamente el texto y reelabore la información,
utilizando los argumentos a favor de los usuarios de una internet con descargas
libres y sin ningún tipo de censura de parte de estados y sistemas de justicia
nacionales. (No más de 2.000 caracteres, en tiempo de clase).
Silicon Valley vs Hollywood: la
pelea del siglo
Las leyes para frenar la piratería en Internet, punto de
lucha entre los dos gigantes industriales
Fuente: Reuters
Publicado: Periódico La Jornada (México), el martes 24 de
enero de 2012.
La masiva protesta
online del pasado miércoles, expresada en el cierre de miles de webs como
Wikipedia y que contribuyó al rechazo de controvertidas leyes sobre piratería
en el Congreso estadounidense, fue vista como una acción sin precedente que
superó a la influencia de grupos políticos de presión.
Una visión detallada de cómo se desarrolló el debate sugiere
que también se produjeron estrategias más tradicionales para influir en la
política en Washington.
La industria tecnológica ha aumentado sus acciones políticas
de forma drástica en los años recientes y, de hecho, ha gastado más que la
industria del entretenimiento: invirtió mil 200 millones de dólares entre 1998
y 2011, frente a 906 millones de las empresas del entretenimiento. El último
capítulo de lo que se ha convertido en una batalla épica y de varias décadas
entre las dos industrias sobre el contenido digital protegido por derechos de
autor comenzó de forma bastante inofensiva.
Los estudios cinematográficos de Hollywood, frustrados por
el robo cibernético que según afirman les cuesta miles de millones de dólares
al año y cada vez empeora, comenzaron a presionar en 2010 para que se aprobara
una ley que permitiera bloquear el acceso e interrumpir los pagos a páginas
extranjeras que ofrecieran mate- rial pirateado.
El senador demócrata Patrick Leahy, amigo de la industria
desde hace tiempo, presentó entonces la denominada Ley para combatir las
infracciones online y falsificaciones, la cual fue aprobada por unanimidad por
la Comisión Judicial del Senado, pero nunca llegó más allá.
En mayo de 2010, Leahy lo intentó de nuevo, presentando su
iniciativa para proteger la propiedad intelectual (PIPA, por sus siglas en
inglés). En octubre, el congresista republicano Lamar Smith, quien preside la
Comisión Judicial del Congreso, presentó una ley similar, conocida como SOPA
por sus siglas en inglés. La reciente gran ley de los derechos de autor, la Ley
Pro-IP de 2008, pasó por el Congreso sin mucha controversia, por lo que la
industria mantenía sus esperanzas.
A finales de septiembre, Hollywood superaba a la industria
tecnológica por dos a uno en donaciones a partidarios clave de medidas que
respaldaba. Más de 950 mil dólares de la industria de la televisión, cine y
música fueron a parar a patrocinadores directos de las leyes en la Cámara de
Representantes y en el Senado en el curso hacia las elecciones de este año.
Esa cifra se compara con 400 mil dólares de las empresas
informáticas y de Internet, según el Centro por Políticas Responsables. Las
compañías tecnológicas preferían apoyar una ley alternativa más concreta. Esa
industria dio más de 291 mil dólares a partidarios de esa medida, frente a 185
mil dólares de fabricantes de contenido. “Ambos son muy poderosos. Son grandes
jugadores. Dan mucho dinero a los políticos.
Ésta va a ser una dura elección para los miembros del
Congreso”, dijo Larry Sabato, experto en finanzas de campaña que da clases en
la Universidad de Virginia.
Sin atención
Las leyes no habían atraído la atención pública, pero a
principios de septiembre el cofundador de Twitter, Evan Williams; el cofundador
de Foursquare, Dennis Crowley, y el cofundador de Linkedin, Reid Hoffman,
escribieron a los senadores para oponerse a la ley. Posteriormente ese mes, la
Cámara de Comercio de Estados Unidos recopiló un grupo de 350 compañías en
apoyo a la ley. La llegada de la norma a la Cámara de Representantes, a finales
de octubre, ya tuvo un seguimiento mayor. Sus opositores, entre ellos la
Asociación de Electrónica de Consumo, se preocuparon por asuntos como si las
webs de Estados Unidos podrían ser cerradas o pudieran surgir riesgos de
seguridad a la infraestructura de Internet.
A mediados de noviembre, los ejecutivos tecnológicos prestaban
mucha atención. Muchos siguieron online la comparecencia de la asesora de
derechos de autor de Google, Katherine Oyama, ante la Comisión Judicial del
Congreso, el 16 de noviembre.
Otro ejecutivo, Ben Huh, presidente ejecutivo de la red de
medios online Cheezburger Inc, ayudó a organizar el apagón online. Los miembros
del Congreso básicamente golpearon a Google, dijo Huh, quien siguió la
comparecencia desde su oficina. “Lo estábamos viendo y dijimos ‘Esto es
tremendamente injusto’”, agregó. Ese día habló sobre el testimonio con Erik
Martin, gerente general del sitio de noticias sociales Reddit.com. Ambos
liderarían los esfuerzos para conseguir el apagón, junto con otros, como el
fundador de Wikipedia, Jimmy Wales.
Una gran combinación
Mientras la Casa Blanca se reunía con ambas partes, las
mayores compañías de telecomunicaciones emprendieron una campaña pública con
anuncios en los principales diarios, advirtiendo que las leyes permitirían la
censura, una petición en línea para vetar la SOPA sumó casi 40 mil firmas en
unos días.
Tres asesores de la Casa Blanca respondieron a la petición y
expresaron sus preocupaciones por las leyes, aunque pidieron mejorar la ley
antipiratería.
La combinación de las preocupaciones de la Casa Blanca, la
inminente protesta en línea y la intensa presión sobre los legisladores de
líderes de la industria de Internet cambiaron abruptamente la dinámica en el
Capitolio.
El miércoles, cuando se celebraba el apagón, el apoyo a las
leyes se derrumbó rápidamente. Algunos ejecutivos de Hollywood reconocen su
falla al tratar de ganarse la opinión pública conforme aumentaba la oposición.
Mientras las tecnológicas se abrazaban al poder de Internet,
Hollywood dependía de viejas armas como anuncios de televisión o las pantallas
de Times Square, en Nueva York. Resultó ser poco y tardío.
Un abogado de la industria del entretenimiento se quejó de
que los argumentos de la parte contraria a menudo eran erróneos, pero se
extendían como la pólvora por Internet, lo que los obligaba corregir la
información sin el apoyo de una red virtual fuerte.
Formamos parte de esas cosas en línea, pero se tiene que
superar un comité de 14 personas, dijo. La otra parte no tiene citatorios a
comparecer. Simplemente cuelga la información, añadió.
Amigos y enemigos de SOPA y PIPA no creen haber visto el
final de la batalla. “Las leyes son como los zombis”, dijo Hug, de Cheezburger,
“Nunca se sabe si están muertos o van a regresar”, observó. “Cuando vuelvan,
los grupos de presión de ambos lados pueden haber aprendido valiosas
lecciones”.