Por María Celina Pizarro
El
asombro es para todos, hasta para el mismísimo Walter Ribonetto quien nunca
imagino que iba a poder tener la posibilidad de debutar en la Primera División
del Fútbol Argentino a los 27 años. Carlos Aimar y Lanús le abrieron las
puertas a este jugador que hoy merece ser reconocido.
Al
recordar el año 2001 muchas cosas pasan por la cabeza, pero por la de Walter
Ribonetto sólo una: su debut en el fútbol grande con la camiseta de Lanús ante
Argentinos Juniors. Tino, así lo llaman los vecinos de Corral de Bustos, ciudad
ubicada a 350 kilómetros de Córdoba Capital, logró que toda su gente se
paralizara y viviera ese inicio como un acontecimiento único.
Como
cualquier hijo de vecino, Ribonetto debía trabajar para poder ayudar con los
gastos de su casa, por lo cual hacía un par de changas en el campo y, además,
colaboraba con el taller de costura que tenía su madre. Sus tiempos libres los
dedicaba a su amor, el fútbol. Estaba participando de la liga de su cuidad cuando
fue descubierto por los ojos de Carlos Aimar, quien lo mandó a llamar y lo
llevó a Lanús.
En
el año 2007 logra su primer título local formando parte del equipo de Lanús
dirigido por Ramón Cabrero, que en la última fecha del Torneo Apertura consigue
un empate en la cancha de Boca, punto que le alcanzó para dar la vuelta
olímpica en la Bombonera y consagrarse así campeón por primera vez en la
historia del club.
Ribonetto
se dio el lujo de pisar suelo extranjero jugando para los equipos de: Querétano
(México), Junior de Barranquilla (Colombia) y Olimpia (Paraguay). En la Argentina, además de la de Lanús, se
puso la camiseta de Rosario Central, Quilmes y hoy viste la de Talleres de
Córdoba, equipo con el que disputa el Torneo Argentino A.
que linda nota!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarFANTÁSTICO!
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