23 jun 2011

Persevera y... Ribonetto


Por María Celina Pizarro



El asombro es para todos, hasta para el mismísimo Walter Ribonetto quien nunca imagino que iba a poder tener la posibilidad de debutar en la Primera División del Fútbol Argentino a los 27 años. Carlos Aimar y Lanús le abrieron las puertas a este jugador que hoy merece ser reconocido.
Al recordar el año 2001 muchas cosas pasan por la cabeza, pero por la de Walter Ribonetto sólo una: su debut en el fútbol grande con la camiseta de Lanús ante Argentinos Juniors. Tino, así lo llaman los vecinos de Corral de Bustos, ciudad ubicada a 350 kilómetros de Córdoba Capital, logró que toda su gente se paralizara y viviera ese inicio como un acontecimiento único.
Como cualquier hijo de vecino, Ribonetto debía trabajar para poder ayudar con los gastos de su casa, por lo cual hacía un par de changas en el campo y, además, colaboraba con el taller de costura que tenía su madre. Sus tiempos libres los dedicaba a su amor, el fútbol. Estaba participando de la liga de su cuidad cuando fue descubierto por los ojos de Carlos Aimar, quien lo mandó a llamar y lo llevó a Lanús.
En el año 2007 logra su primer título local formando parte del equipo de Lanús dirigido por Ramón Cabrero, que en la última fecha del Torneo Apertura consigue un empate en la cancha de Boca, punto que le alcanzó para dar la vuelta olímpica en la Bombonera y consagrarse así campeón por primera vez en la historia del club.
Ribonetto se dio el lujo de pisar suelo extranjero jugando para los equipos de: Querétano (México), Junior de Barranquilla (Colombia) y Olimpia (Paraguay).  En la Argentina, además de la de Lanús, se puso la camiseta de Rosario Central, Quilmes y hoy viste la de Talleres de Córdoba, equipo con el que disputa el Torneo Argentino A.

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